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Arte en dos contenedores en el centro de Bogotá

En la reconocida “manzana cultural” en la Candelaria, los visitantes podrán apreciar los contenedores que hacen parte del proyecto “Incrustaciones”, que el artista Luis Alejandro Sánchez realizó para la primera etapa de Nuevos Nombres 2017 – 2018.

Estas obras ahora hacen parte de la Colección permanente de arte del Banco de la República y se exhiben en las paredes que conectan el Museo de Arte Miguel Urrutia -MAMU-, el Museo Botero y Casa de Moneda.

La obra de Sánchez se caracteriza por el trabajo con prominentes contenedores que incrusta en diferentes espacios, principalmente museos y galerías, nacionales e internacionales.

El espacio urbano se escribe y reescribe, se transforma siguiendo los ritmos económicos, sociales e históricos que tienen lugar en la ciudad. El complejo de museos del Banco de la República en el centro histórico de Bogotá es una amalgama de periodos, estilos y materiales que datan del siglo XVII hasta la actualidad.

De los muros que conectan el Museo Casa de Moneda, en actual renovación, con las salas del MAMU y la exhibición permanente de la Colección de Arte surgen dos estructuras prominentes que dominan el tránsito: se trata de contenedores de carga que parecen emerger de la arquitectura. ¿Cómo llegaron ahí? La impecable intersección entre objetos y superficies es un relato ambiguo sobre el origen de los contenedores y su encallamiento en los espacios del Museo. Sin embargo, su presencia es un detonante de reflexiones en torno a la relación entre economía, institucionalidad y cultura.

Los contenedores hacen parte del proyecto “Incrustaciones”, que el artista plástico y visual Luis Alejandro Sánchez presentó en la primera etapa de “Nuevos nombres 2017-2018”, el programa de promoción de arte emergente del Banco de la República que desde 1985 resalta la obra de artistas jóvenes colombianos que por su trayectoria se perfilan como los grandes creadores del futuro. En esta versión los artistas fueron invitados a intervenir los espacios culturales del Banco de la República en Bogotá, explorando las influencias que se crean entre los espacios arquitectónicos, el entorno institucional y la intervención artística. El resultado fueron intervenciones potentes y poéticas, instaladas en lugares inesperados, que trastocan la cotidianidad de los espacios y la de sus transeúntes. ¡Es una obra de arte!

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