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Cácota, destino de tradición religiosa

Cácota de Velasco, municipio de Norte de Santander, a 2.400 metros sobre el nivel del mar, está ubicado a 35 kilómetros de Pamplona y, se caracteriza por sus calles empedradas, casas blancas de estilo colonial, adornadas con materas de flores que le dan colorido, además de los postes de alumbrado público pintados y murales que resaltan la labor del campesino en varios escenarios.

El clima frío (entre 12º a 16º centígrados) contrasta con el calor humano de sus habitantes. Es un pueblo pequeño de 137 km2 (principalmente rural), tiene seis barrios en el casco urbano, 17 veredas y aproximadamente 2.500 residentes.

El parque principal hace homenaje a la labor alfarera con cinco moyas grandes que destacan esta tradición ancestral del municipio. De hecho, Cácota es reconocida por las artesanías en arcilla. Antiguamente solo se elaboraban ollas, tiestos, jarras y moyas como elementos útiles en la elaboración de alimentos, pero hoy han incorporado nuevas técnicas como el colado, los relieves y la pintura para mejorar y diversificar estos productos, siendo este lugar reconocido como la “capital de los tiestos”.

En este parque también se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de los Dolores, patrona del municipio y para quien preparan justamente las ferias y fiestas del 3 al 9 de abril, previo a la celebración de la Semana Santa, que también es motivo de visitas de feligreses y turistas que desean conocer las tradiciones.

El templo es de arquitectura neoclásica y fue inaugurado con el nombre de parroquia de San Jacinto de Cácota el 23 de abril de 1637, siendo el primer párroco Fray Miguel de Lejía. El primer matrimonio celebrado fue entre los indios Luis Ingupa y María de Cativón, caciques de las dos más importantes tribus en febrero de 1692.

En la iglesia hay un mural a la entrada que da cuenta de su proceso de concepción, con la misma llegada de los españoles y la aparición de la virgen, cuyo primer cuadro estuvo en una casa de uno de los campesinos, hasta que finalizó la construcción del templo, que pertenece a la diócesis de Cúcuta.

Además, para la tradición religiosa se debe visitar la capilla en el Hato de la Virgen, lugar donde apareció originalmente la virgen en un manto, que generó la devoción de los campesinos que la han cuidado. En su honor se construyó la capilla, recién pintada y cuyas puertas son de la catedral de Pamplona, llevadas para dar al templo esa entrada especial, a donde llegan los campesinos en peregrinaciones de agradecimiento, que cierran las festividades el viernes anterior al viernes santo.

En la Semana Santa son famosas las procesiones, las representaciones de los actos litúrgicos, las estaciones y cada uno de los oficios religiosos que complementan la semana de reflexión y recogimiento para algunos, y de descanso y aprendizaje cultural para otros.

Este es uno de los principales destinos religiosos de la región, plan que inicia desde Cúcuta, la capital del departamento, pasa por Pamplona (señorial y de gran tradición) y culmina en medio de estas montañas de la cordillera, que engalana el paisaje con vegetación de páramo y delicias culinarias de la zona. Un lugar que vale la pena descubrir y al cual llegó TintaTIC gracias a la invitación de Fontur.

Los invitamos a leer en las próximas entregas más detalles de este municipio, que vio recorrer en sus tierras, la justa libertadora de Bolívar y se enorgullece de su agricultura y gente que lo hará sentir en el calor de hogar.

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