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Ciudades seguras para el progreso

Se realizó en Corferias el “Café ALAS – Construyendo Ciudades Seguras: la tecnología al servicio del ciudadano”, un evento en el que la Asociación Latinoamericana de Seguridad (ALAS), la Asociación Nacional de alumbrado público y Smart Cities (ANAP) y la Feria internacional de Bogotá (E+S+S), se reunieron para revisar las necesidades y retos de una ciudad segura, que es el paso indispensable para pensar en ciudades inteligentes.

Con invitados de las tres entidades y la presencia del secretario de Desarrollo Económico la Alcaldía de Rionegro Antioquia, Andrés Aristizábal, se llevó a cabo un panel de discusión presencial, en el que los asistentes compartieron sus inquietudes en torno a las tendencias e implementación de estrategias de seguridad.

Ciudades seguras: una mirada a Latinoamérica

Aproximadamente el 55% de la población mundial vive en zonas urbanas mientras que en Latinoamérica y el Caribe este porcentaje es muy superior, alrededor del 80% y sigue en constante crecimiento. Esto ha hecho que las ciudades se extiendan a lo largo y a lo ancho expandiendo sus tradicionales límites geográficos. De hecho, Latinoamérica cuenta con varias megaciudades de más de 10 millones de habitantes. Este crecimiento desmesurado de las últimas décadas es muy difícil de contener.

Además, con el crecimiento constante de población tenemos decenas de ciudades de más de 1 millón de habitantes y encontramos que el sistema educativo ha creado miniciudades habiendo campus universitarios que concentran 20, 30, 40 mil o más alumnos.

Y esta es solo una de las características destacadas de la región que con solo el 8% de la población mundial posee el 33% de los homicidios más de 2,5 millones de personas fueron asesinadas en los últimos 20 años, Latinoamérica posee 40 de las 50 ciudades más violentas del mundo, 14 de los 25 países con tasas más altas de femicidios y es considerada la región más desigual del planeta donde el 10% más rico recibe el 37% de los ingresos y el 40% más pobre solo el 10%, generando condiciones de alta vulnerabilidad.

Además, las competencias y habilidades se han convertido en la “moneda global del siglo XXI” América Latina es la región del mundo con la mayor brecha entre las habilidades demandadas por el Sector Privado y las ofrecidas por los trabajadores.

Latinoamérica y el caribe cuentan con una población de aproximadamente 630 millones de habitantes donde casi un 34% de la población se encuentra en situación de pobreza, se calcula que más de 20 millones de jóvenes entre los 15 y 24 años no estudian ni trabajan caldo de cultivo de las organizaciones criminales.

Esta creciente inseguridad ha hecho que muchas personas de clase media y alta pasen a vivir en comunidades cerradas, con altos muros o alambradas, custodiadas con seguridad privada y todos los medios tecnológicos disponibles aumentado la desigualdad social ya que muchas de estas comunidades lindan con barrios de los más pobres de la zona.

En general más del 50% de la población de Latinoamérica se siente insegura caminando en las calles, por lo que sumarse a la ruta de las Ciudades Seguras es una decisión impostergable para cualquier ciudad que busque garantizar la calidad de vida de sus habitantes.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha encontrado en este enfoque de Ciudad Segura uno de los principales medios para avanzar en la solución y el rediseño de los espacios urbanos. Otras agencias como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han reconocido que la seguridad urbana es un asunto de desarrollo sostenible. Las políticas y acciones que se den en la región latinoamericana deben ampliar su perspectiva para abarcar las tres dimensiones de la inseguridad urbana: la violencia, el delito y temor al delito.

En la última década se han propuesto varios modelos de ciudades seguras. Hoy existen algunos consensos, como el que se estableció en la propuesta de Nueva Agenda Urbana (HABITAT III) que señala el “logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluyendo el ODS 11 de hacer que los asentamientos humanos y las ciudades sean más incluyentes, seguras, resilientes y sostenibles.”

En este sentido, al ser problemas complejos y multifactoriales, que deben ser atendidos de forma integral y focalizada, la violencia, el delito y el miedo al delito presentan grandes retos para las ciudades y deben avanzar en al menos en tres sentidos clave:

• Gestionar la seguridad urbana a través de la cooperación entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil.

• Crear una cultura de prevención y ambiente seguro para todos los habitantes por medio del apoyo a las autoridades locales.

• Contar con una plataforma de tecnologías de la información y comunicación que sea el soporte material para el despliegue de estrategias, programas y acciones que mejoren la calidad de vida, promuevan los derechos, el crecimiento económico, la innovación y el desarrollo urbano y humano sustentable.

Requisitos de Tecnología e Información para fortalecer una ciudad segura

El concepto de Ciudad Segura es un término que garantiza seguridad y convivencia a la vez que mejora la calidad de vida las personas mediante el uso de infraestructura, tecnología, recursos humanos y procesos. Generalmente una plataforma de tecnologías de información, comunicaciones e información robusta de esta naturaleza permite a la Ciudad tener el máximo de control, monitoreo y respuesta antes, durante y después de los eventos; funcionando en varios niveles de desagregación geográfica, por subsistema (voz, datos, video, etc.) las 24 horas del día los 7 días de la semana, con un capacidad multicanal para recibir diferentes señales de alerta, capacidad de despacho múltiple, una plataforma flexible, escalable, que tenga sostenibilidad y viabilidad financiera.

Tecnologías de seguridad electrónica, pandemia y aplicaciones

La pandemia ha acelerado no solo el uso de las tecnologías en general y más en seguridad, muchas que pueden ayudar a prevenir el delito o al seguimiento y detención de los criminales; más aún se aceleró el desarrollo de estas tecnologías para usarlas como herramientas de bioseguridad, mejorando también los sistemas de analíticas de video, inteligencia artificial, Big data, almacenamiento y procesamiento en la nube.

Entre las tecnologías se encuentran: en Video cámaras termográficas que miden la temperatura de las personas, también detectan uso o no de mascarillas, aglomeración de personas, conteo de personas para aforo y distanciamiento. También las analíticas de video permiten reconocimiento de rostros, objetos, placas de vehículos, miden velocidad, movimiento, sentido de circulación y permiten en forma automática el seguimiento del objeto o persona de interés, además pueden reconocer patrones de comportamiento, entre tantas otras aplicaciones. También se ha mejorado el reconocimiento de patrones de voz y de disparos de armas para poder dirigirse rápidamente a donde se escuchen pedidos de auxilio o tiroteos.

En el caso de controles de acceso se han mejorado los accesos sin contacto especialmente a través de aplicaciones en celulares evitando el contacto físico y ayudando a la verificación de identidad de la persona ya que se debe habilitar la App con la huella o un PIN.

También se ha incrementado el uso de drones y aeronaves no tripuladas en seguridad con el uso de cámaras permiten control perimetral, recorridos programados, detección de intrusiones y recorrido de grandes áreas como por ejemplo de oleoductos o líneas de transmisión de energía.

Así mismo ha proliferado el uso de Apps de seguridad en celulares permitiendo tener botones de alarma, emergencias, transmitir voz y video en forma inmediata y geolocalización, control de rondas y ubicación de las personas. Algunos municipios de Colombia, México y otros países lo han implementado integrándolo con sus sistemas de videovigilancia, 911 y respuesta policial.

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