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Danza y música de cámara en el Teatro Mayor

El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo comienza el mes de septiembre con dos muestras de artes escénicas con sello colombiano que se llevarán a cabo el martes 6 de septiembre, a las 8 p.m., en el Teatro Mayor y en el Teatro Estudio.

Los protagonistas serán Natalia Espinel, quien presenta la obra multidisciplinar ‘Anclajes’, y dos becarios de la Fundación Santo Domingo, el contrabajista Andrés Arroyo y el trompetista Juan Felipe Lince, quienes desarrollan actualmente sus estudios musicales en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en España.

Una muestra del joven talento colombiano

En 1991 surgió en España la Escuela Superior de Música Reina Sofía con los objetivos de apoyar a los jóvenes de mayor talento en su desarrollo personal y artístico, y acercar la mejor música a todos los públicos. El martes 6 de septiembre, a las 8 p.m., el Teatro Estudio Julio Mario Santo Domingo presenta a dos becarios de la Fundación Santo Domingo que estudian en la institución española.

El contrabajista Andrés Arroyo será uno de las protagonistas del recital e interpretará versiones adaptadas para contrabajo y piano, como ‘Sonata para contrabajo y piano’ de František Hertl, ‘Ispanskiye pesni’ de Dmitry Shostakovich y ‘Romanza para violonchelo y piano’ de Blas Emilio Atehortúa. Luego, el trompetista Juan Felipe Lince presentará ‘Legende’ de George Enescu, ‘Gavette de Concert’ de Heinrich Sutermeister, ‘Siete canciones populares españolas’ de Manuel de Falla, y ‘Crépuscule’ de Gabriël Parès.

Los ‘Anclajes’ de Natalia Espinel

En colaboración con Renata Serna Hosie, Andrés Zuluaga y Sebastián González Dixon, la artista Natalia Espinel concibió ‘Anclajes’, un montaje que habla de una exploración sobre lo que nos pesa y al mismo tiempo nos impulsa a la apertura.

Este proyecto interdisciplinar, que estará el martes 6 de septiembre en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, expande la creación desde las artes visuales y escénicas a través de objetos, vídeo, sonido y música original. Todos estos elementos en conjunto se revelan como un impulso de vida; la apertura a mundos más resilientes y solidarios.

Así, en ‘Anclajes’, Espinel da espacio a un saber del cuerpo que no se pauta ni se fija, pero que se vive intensamente. En la obra impera la exploración desde un cuerpo sensorialmente curioso que nos aleja de una posición de control para permitirnos conectar con lo intuitivo, lo inconsciente y lo indefinido. En escena, los cuerpos de las intérpretes atraviesan procesos de sanación que subvierten la idea de virtuosidad y espectáculo. Desde sus realidades íntimas y sus limitaciones corporales ellas crean la dramaturgia somática de la obra. Una dramaturgia que está llena del presente vivo de sus corporalidades y deseos.

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