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El futuro de la verificación de identidad, más allá de las contraseñas

Ante las crecientes amenazas como el hackeo, la suplantación y el fraude impulsado por inteligencia artificial, las contraseñas han dejado de ser suficientes.

En este contexto, iProov propone una alternativa más segura e inclusiva con sus soluciones de verificación biométrica facial, que elevan los estándares de seguridad, accesibilidad y confianza en el mundo digital.

Las contraseñas fueron en su día la columna vertebral de la seguridad digital, pero se han convertido en su talón de Aquiles. La contraseña más pirateada del mundo es 123456 y, a pesar de aparecer en más de 42 millones de filtraciones, 4,5 millones de personas en todo el mundo aún confían en ella. Las organizaciones respondieron exigiendo contraseñas más largas y complejas, con la esperanza de superar a los atacantes.

Pero, por muy seguras y complejas que sean, las contraseñas son inherentemente defectuosas: pueden ser adivinadas, suplantadas o robadas. Y cuando esto sucede, cualquiera puede usarlas sin tener la certeza absoluta de quién accede al sistema. Las contraseñas confirman que tienes el código, no que eres la persona detrás de la pantalla. Y ese es el problema principal: las contraseñas no verifican la identidad.

La biometría, en particular la verificación facial, ofrece el camino a seguir. A diferencia de las contraseñas o los dispositivos, tu rostro no puede ser robado ni olvidado. La biometría verifica la identidad basándose en la inherencia: quién es una persona. La verificación biométrica pasiva de identidad con detección de vida la hace aún más sencilla, segura y fiable: sin códigos engorrosos ni dispositivos adicionales, solo una rápida confirmación de identidad.

“La tecnología biométrica facial ofrece una solución convincente que equilibra seguridad, accesibilidad e inclusión, superando los métodos de autenticación tradicionales como las contraseñas o los tokens físicos. Además, los proveedores que han alcanzado la conformidad con el nivel AA de WCAG 2.2 demuestran que es posible lograr una autenticación segura e inclusiva sin depender de pruebas de función cognitiva”, afirma Dominic Forrest, Jefe de Tecnología iProov, el principal proveedor mundial de soluciones científicas para la verificación biométrica de identidad.

En este Día Mundial de la Contraseña, que se celebró ayer, invita a reconocer que las contraseñas por sí solas ya no son suficientes. A medida que evolucionan los deepfakes y el fraude basado en IA, verificar que una persona es quien dice ser, nunca ha sido tan crucial en un mundo digital.

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