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Río Magdalena: territorios posibles

Con bellas ilustraciones, además de dibujos y mapas que enaltecen cada historia, en 224 páginas esta obra nos muestra el río Magdalena, no solo como el ser vivo natural que recorre nuestro país, sino las riquezas culturales, la biodiversidad, la historia y las crónicas de las poblaciones que han sido bañadas por sus aguas.

Esta obra invita a hacer un recorrido en seis artículos, escritos por expertos en diferentes disciplinas, para conocer múltiples miradas y aproximaciones a lo que significa el Magdalena para Colombia.

– Juan Darío Restrepo, con su artículo: “Geografía del río Magdalena” muestra el contexto geológico del río desde su nacimiento hasta sus desembocaduras y nos regala un relato mágico sobre su color, que inicia: “El río Magdalena es excepcional en Suramérica por su diversidad geológica y climática. Ningún otro río está confinado por cuatro flancos de montañas andinas en un contexto geológico complejo, ni rodeado por señales climáticas y atmosféricas de carácter continental”.

– Mónica Espinosa en el capítulo “De ríos y memorias”, revive las heridas del río con sus recuerdos de infancia, las memorias de Manuel Quintín Lame y la metáfora del río de sangre y lágrimas. “El cuerpo (mi cuerpo), situado en el entorno que le rodea, es la base de formas topográficas de orientación, las cuales demuestran que la memoria espacial humana es tan poderosa, precisamente por su marco autoconsciente y corporal de referencia.

– Efraín Sánchez, con “Hitos de la cartografía del río grande de la Magdalena” muestra el río cartografiado e imaginado a través de la historia, haciendo un recorrido desde la producción cartográfica española y de América con las conquistas, expediciones y comisiones corográfica de varios siglos. “La historia de la cartografía del río Magdalena pone de manifiesto, una vez más, el papel crucial del río en la formación de la nación”.

– Sonia Archila, en “El habitar en la cuenta del río Magdalena durante el periodo prehispánico” cuenta cómo las culturas prehispánicas materializaron su relación con el río en las cuencas alta, media y baja. “Estos grandes coformadores y modificadores de paisajes construyeron una de las mayores modificaciones de los paisajes de la América prehispánica”.

– Andrés Ospina crea las memorias de míster Sutcliffe para recordar el oficio de los bogas e imaginar la textura de sus vidas, en el artículo “Sangre de Boga” cuando narra un historia donde dice “El tiempo se hace eterno cuando el padecimiento es mucho. Quizás por eso los bogas prefieren olvidarlo”.

– Germán Ferro, con “Catorce abordajes para vadear el río Magdalena y no ahogarnos en la indiferencia”, nos ayuda a entender el Magdalena como un río-mundo y resignificar nuestra relación con él, “río de la vida y de la muerte, viaje siempre en movimiento…amo todo lo que fluye”.

A manera de prólogo, Wade Davis entrega su visión sobre lo que es el río Magdalena para el país.

La dimensión visual del libro es Fábulas del Magdalena, ilustraciones y textos de Alberto Baraya que hacen evidente la paradoja histórica y cultural que el río arrastra.

Río Magdalena: territorios posibles es sobre todo un proceso continuo de retroalimentación entre las editoras Sandra Concha y Ana María Camargo, los autores y los artistas.

El diseñador Juan Pablo Fajardo, además de dar forma a este libro, estrena aquí la tipografía Blaa creada por él y que está a disposición del público.

Además de los seis textos principales, tiene el prólogo de Wade Davis y el componente visual fue desarrollado por el artista Alberto Barya, quien en sus “Fábulas del Magdalena. Un ensayo visual” hace evidente la paradoja histórica y cultural que el río arrastra.

“Con la certeza de que el río Magdalena es un patrimonio colectivo y de que en su recuperación –como propone Wade Davis– se cifra una opción de país, presentamos en este libro al Magdalena como protagonista central del proyecto cultural “El río: territorios posibles”, destacó Ángela Pérez Mejía, subgerenta Cultural del Banco de la República.

Reseña

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