Del 20 al 23 de noviembre, el sabor de la capital volverá a servirse en cada mesa con la nueva edición de los Días de Ajiaco Santafereño, el festival que rinde homenaje al plato más representativo de Bogotá, e invita a los restaurantes de la ciudad a compartir su versión del tradicional ajiaco.
Durante estos días, los establecimientos inscritos abrirán sus puertas al público para ofrecer el emblemático plato bogotano, elaborado con papa pastusa, sabanera y criolla, mazorca, pollo y el toque inconfundible de guascas —esa hierba que, según el libro Bogotá entre relatos y recetas, “transforma lo simple en algo sustancioso y marca la frontera entre lo auténtico y la imitación”—.

Las inscripciones estarán abiertas hasta el 9 de noviembre y podrán participar restaurantes, restaurantes de hoteles y establecimientos de plazas de mercado que cumplan con los requisitos de operación formal y deseen sumarse a esta celebración del sabor y la identidad bogotana.
El festival se realiza gracias a la articulación entre el Instituto Distrital de Turismo (IDT), el Instituto para la Economía Social (IPES) y la estrategia Sabor Bogotá de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, entidades que trabajan conjuntamente para fortalecer la gastronomía como expresión viva del patrimonio cultural de la ciudad.
“El ajiaco es más que una receta: es una forma de reconocernos como bogotanos. En él habitan nuestras raíces, el legado de quienes han cocinado en las plazas, los barrios y los hogares, y la memoria de una ciudad que se construye desde su mesa. Queremos que el turista que llegue a Bogotá saboree ese patrimonio vivo, entienda que cada cucharada cuenta una historia y descubra en el ajiaco una de las expresiones más auténticas de nuestra identidad”, afirmó Katherine Eslava Otálora, subdirectora de Desarrollo y Competitividad del Instituto Distrital de Turismo.
Los Días de Ajiaco Santafereño 2025 celebran el sabor que nos une y nos representa. Un encuentro que rescata la memoria culinaria de Bogotá y reconoce en su cocina una manera de contarnos al mundo, bocado a bocado.