Dos grandes adaptaciones literarias hacen parte de la variada programación del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, que se realizará del 1 al 17 de abril. Se trata de Pinocchio y El Coronel no tiene quien le escriba. La primera hace parte del menú internacional que trae la compañía de Jasmín Vardimon desde el Reino Unido y la segunda es una adaptación colombiana realizada por el director, actor y guionista Jorge Alí Triana en conjunto con su hija, Verónica Triana.

Pinocchio es una puesta en escena basada en el libro original de Collodi e interpretada por los multi talentosos bailarines de Vardimon. Esta obra da vida a la famosa marioneta de madera, mientras se embarca en un viaje fantástico para convertirse en un niño humano. El niño de madera, creado por el juguetero Geppetto, es un “hijo” obstinado y desobediente, que cuenta con un hada buena que lo cuida y guía. A la largo de la obra veremos como hace Pinocchio logra salir de diferentes situaciones complicadas debido a sus malas decisiones y mentiras.
Mientras que El Coronel no tiene quién le escriba, una obra basada en uno de los mas emblemáticos libros de Gabriel García Márquez, es llevada a las tablas en coproducción con El Teatro Colón y la Fábrica de Teatro Popular, que da vida a la historia de un coronel obsesionado con la llegada de su pensión, el cual lleva 15 años en un proceso burocrático sin solución. Reducido a la miseria, su único contacto con el mundo exterior es su visita cada viernes a la oficina de correos, con la esperanza de encontrar una carta con la noticia esperada.
Además, esta obra colombiana contará con una nómina sinigual de actores entre los que se encuentran Germán Jaramillo, Laura García, Santiago Moure y John Alex Toro, entre otras personalidades.

Estas dos obras dejan un mensaje y reflexión a medida que se va desarrollando la historia. Pinocchio, un espectáculo que combina la danza, animación de objetos, tecnologías innovadoras que examina la idea de lo que significa el ser humano y El Coronel no tiene quién le escriba, hace una reflexión a la dignidad, la esperanza y la resistencia que trasciende cualquier temporalidad.
Definitivamente las novelas y los cuentos clásicos infantiles se tomarán las tablas y llenarán de magia las salas y teatros de Bogotá con estas dos obras, adaptadas de la literatura.