Antigua y Barbuda ofrece una alternativa de turismo de lujo sostenible que ofrece la posibilidad de conocer sus 365 playas (una por cada día del año), disfrutar de sus paisajes, la gastronomía, su gente y las propuestas que invitan a disfrutar de una experiencia única en el Caribe.
“Antigua y Barbuda ofrece cientos de posibilidades para disfrutar durante todo el año, tenemos eventos para aquellos que gustan del deporte con nuestra maratón Run in Paradise, por ejemplo, o para quién solo prefiere disfrutar de nuestras maravillosas playas. También, ofrecemos diversión y cultura en el carnaval que celebramos en el mes de julio y que nadie debería perderse, es una experiencia única. Hay propuestas para todos los gustos y personalidades”, dice Charmaine Browne-Spencer, la nueva directora de Turismo de las islas para Caribe y América Latina.
Propuestas sostenibles
En 2017, durante el Año Internacional del Turismo, empezó a funcionar el “Corredor Verde”. Se trata de una zona que se extiende a lo largo de la costa sudoeste desde el pueblo de Bolans hasta el pueblo de John Hughes, en Antigua.
Allí se promueven los negocios que tienen algún tipo de relación con la industria del turismo y con los que se ha consensuado una serie de cuestiones basadas en el respeto a la cultura local, el impacto positivo en la comunidad, el cuidado del medio ambiente y la viabilidad económica. Aquellos visitantes que quieran conocer esta área pueden hacerlo a través de excursiones, o restaurantes y hoteles que promueven especialmente el cuidado del planeta y la responsabilidad social.
En cuanto a la gastronomía, por ejemplo, varios bares y restaurantes de playa muy populares dentro del corredor ofrecen la posibilidad de que los visitantes tengan una experiencia “de la granja a la mesa”, con platos preparados con hierbas y verduras frescas recogidas en sus huertos o comprados en el mercado local.
El paisaje de esta zona es una gran opción para aquellos que gustan del senderismo. Entre las excursiones más populares están la del pico más alto de Antigua y Barbuda, el Monte Obama, y la segunda colina más alta, Signal Hill, con la presa de Wallings en la base, un lugar ideal para hacer un picnic.
Aquellos que buscan algo más de aventura pueden explorar la ruta de Rendezvous Bay, con varios senderos que llegan hasta una de las playas vírgenes de la isla; además de disfrutar de la posibilidad de tener vistas panorámicas del mar Caribe y las islas de Montserrat, Guadalupe y Redonda, si el cielo está despejado.
También, de julio a septiembre de cada año, cuando es la temporada de observación de tortugas, las personas suelen acercarse a la playa de Darkwood para observar cómo anidan las pequeñas tortugas bajo la luz de la luna.
Antigua Yacht Charter Show
El evento que se lleva a cabo anualmente desde 1961 marca el inicio de la temporada de navegación en el Caribe y es una cita obligada para aquellos amantes de los yates, ya que es el lugar de encuentro para brokers, tripulaciones, vendedores y prensa especializada.
La muestra náutica se realiza en los alrededores del histórico Nelson’s Dockyard de Antigua, atrayendo a amantes de la navegación de América del Norte, Europa y las islas del Caribe. Cada año se presentan los mejores yates del mundo: unas sesenta embarcaciones de entre 50 y 231 pies o más. La exposición además incluye yates a motor, a vela y multicascos.
A Antigua se puede llegar a través de vuelos desde algunos de los aeropuertos de las ciudades más importantes del mundo y hay una gran variedad de hoteles y villas a poca distancia de la exposición marítima. Tal es el caso del Admirals’ Inn y el Gunpowder Suites que están ubicados en la zona de Nelson’s Dockyard, con cuatro edificios históricos que datan del siglo XVIII.
Para los más románticos
El ambiente paradisíaco de Antigua y Barbuda es ideal para celebrar una boda, disfrutar de una luna de miel o una escapada de a dos. El destino cuenta con múltiples posibilidades de hoteles destinados exclusivamente para parejas en donde el entorno romántico no deja nada liberado al azar y son la propuesta ideal para aquellos que buscan un lugar repleto de romance. Además, algunos ofrecen propuestas especiales para quienes quieran casarse en las islas o pasar una paradisíaca luna de miel.
Aquellos que elijan casarse en la islas en un marco de legalidad, deben llevar pasaportes y documentación como una declaración de divorcio, si procede, al Ministerio de Asuntos Jurídicos, en la Queen Elizabeth Highway de St. John. Tras el pago de unos 150 dólares y una entrevista con los novios se expedirá un permiso para la realización de la boda. Luego, los interesados deberán ir al Registro General, que se encuentra en el antiguo edificio del Tesoro. Allí deberán pagar una tasa de 40 dólares, para inscribir el trámite en el juzgado y otra tasa de 10 dólares para obtener el certificado oficial de matrimonio.
Si los novios decidieran casarse fuera del Palacio de Justicia hay que pagar una tarifa extra de 100 dólares. La mayoría de las parejas que se casan en las islas eligen hoteles, villas o playas junto a dos o más testigos, que en muchos casos suelen ser otros huéspedes que se alojan en el lugar.
