El “Bogota International Film Festival” BIFF celebra su décima edición con más cine para descubrir y, esta vez, de la mano del director de 53 años Denis CÔTÉ, reconocido por su constante exploración formal entre la ficción y la no ficción, por abordar temas como la soledad, los miedos íntimos y la alienación.
El director canadiense, ganador de dos Leopardos de oro en el Festival de Locarno, un Oso de Plata en la Berlinale y cuatro nominaciones más en este Festival, es uno de los invitados internacionales de la décima edición del – BIFF, que se realizará en Bogotá del 10 al 16 de octubre en sus sedes habituales: Cinemateca de Bogotá y Cine Colombia Av. Chile.
Esta retrospectiva del BIFF presentará siete películas de CÔTÉ, entre las que se pueden destacar su ópera prima Drifting States (2005. French: Les États nordiques) ganadora del Leopardo de oro en categoría video en el Festival de Locarno; Curling (2010) también galardonado en Locarno por su dirección y Ghost Town Anthology (2019).
Bestiary (2012), Wilcox (2019), Mademoiselle Kenopsia (2023), Days Before the Death of Nicky (2024), completan la lista de las obras que componen la retrospectiva del director canadiense, quien estará acompañando varias de sus funciones con charlas y masterclass en las salas.
Ante el valor de su obra y su participación, el director comentó que “el cine independiente sigue siendo un acto de resistencia contra el cine comercial. Siento que cada vez menos cineastas están dispuestos a resistir obstinadamente. Yo sigo haciéndolo porque creo en el cine como un acto de rebelión”.
Sobre la invitación de una retrospectiva en el BIFF, dijo que “He hecho muchas películas y siento que muchos festivales ahora solo están interesados en proyectar mi nueva película. Es genial ver un festival que está dispuesto a ofrecerme a mí y al público un poco de perspectiva, proyectando por ejemplo mi primer largometraje: Drifting States”.
Acerca de sus expectativas, agregó: “Estoy seguro de que el público de BIFF es curioso y aceptará mi tipo de cine. No hago obras maestras entretenidas. Hago pequeños experimentos, buscando nuevas formas de comunicar ideas y emociones”.
Para finalizar, sobre consejos para los cineastas emergentes que buscan participar en festivales internacionales, expresó: “Es importante no sacralizar el mundo de los festivales. No es porque te rechacen o acepten que has logrado o fracasado en algo. Deberían filmar y filmar cortometrajes breves y desechables, entre amigos, con o sin dinero. Simplemente filmen para crear su propio punto de vista sobre el mundo. Y no tengan prisa por filmar largometrajes que sean celebrados en festivales”.
El BIFF es uno de los encuentros del sector audiovisual más relevantes de la cinematografía nacional, donde comienza o continúa la vida de muchas películas de todo el mundo, tiene unas cifras acumuladas en estas nueve ediciones que hablan por sí solas: cerca de cien mil asistentes, 500 películas, 1.200 exhibiciones, 150 invitados internacionales, pero más allá de eso, es un espacio de crecimiento, discusión y debate, en el que se piensa, se construye y se crece juntos como industria.