En el mundo, las bebidas más consumidas son el café y el té y esto depende mucho de las culturas y tradiciones. Por ejemplo, en países nórdicos -como Islandia o Noruega- la ingesta de café prima frente a otras bebidas.
De acuerdo con un estudio de Kantar Worldpanel, en Colombia, una persona consume cerca de 250 tazas de café por año; mientras la preferencia de los ingleses, turcos y de la mayoría de los países asiáticos es beber té. Compañías desarrolladoras de bebidas se convierten en jugadores importantes del negocio, pues son quienes brindan los insumos a empresas multinacionales que se encargan de terminar el producto, etiquetar y distribuir al consumidor final.
Finlays, compañía inglesa con más de 250 años de existencia y presencia en Europa, Asia y América, que se encarga de proveer a grandes compañías extractos en polvo o líquidos de café y té para el desarrollo de distintas bebidas, llegó a Colombia en 2010 y gracias a la buena acogida en el mercado, estableció su hub comercial en el país desde 2015 en donde maneja los negocios para todo Latinoamérica y cuenta con ventas anuales de más de un billón de dólares a nivel mundial.
El negocio de bebidas tiene dos tipos de productos que llegan al consumidor final: en forma de líquidos o embotellados listos para el consumo o RTD (por sus siglas en inglés Ready To Drink o listos para consumir) y productos en polvo para hidratarlos o reconstituirlos en agua, en leche u otros líquidos como son los extractos de té y café. Muchas de estas bebidas llegan a las personas en restaurante o cafeterías.
Según Mauricio Pinedo, director de ventas para Latinoamérica de Finlays: “Colombia se ha convertido en un país clave para nuestro negocio puesto que compramos una importante cantidad de café, además, desarrollamos distintos programas de apoyo a caficultores en el país, para garantizar el abastecimiento del grano en las cosechas futuras; los granos de café son llevados a nuestras plantas de producción en Texas y Rhode Island en Estados Unidos, donde luego de hacer el proceso de tostado, molido y extracción, podemos ofrecer a nuestros clientes extractos de café líquidos y en polvo. También, tenemos plantaciones propias de té en Argentina, Kenia, Sri-Lanka y China con plantas de producción de extracto de té en Chile, Kenia y China, desde donde abastecemos gran parte de la demanda mundial”.
Igualmente, la compañía continúa trabajando con empresas locales y multilatinas para seguir expandiendo el negocio y fortalecer su presencia en el país con bebidas que se ajusten a los nuevos estilos de vida en donde se prioriza que sean menos azucaradas, más naturales y libres de aditivos nocivos. También, ha evolucionado con los nuevos marcos regulatorios como la Ley de Comida Chatarra, que hará que los fabricantes enfoquen sus esfuerzos en reformular sus productos actuales.
No es un secreto que la industria de las bebidas fue una de las más afectadas en pandemia por los cierres de espacios como restaurantes, cines, cafeterías o tiendas de barrio; si bien aumentó el consumo en hogares la demanda no fue la suficiente para llegar a las metas propuestas. En palabras de Pinedo, afirma que: “uno de los retos más difíciles que tuvimos que enfrentar, fue la cancelación de pedidos de muchos clientes o el aplazamiento indefinido para el lanzamiento de nuevos productos, para concentrarse en la producción y el abastecimiento de sus marcas líderes. En Finlays, decidimos investigar y mostrar la evolución de los diferentes mercados y como han cambiado los hábitos del consumidor, para ayudar a nuestros clientes a prepararse para los próximos años”.
Finalmente, para el 2021, la categoría de bebidas espera recuperar los niveles de 2019, y según Euromonitor, se proyectan crecimientos acumulados del 5% al 7% en los próximos cuatro años.