Son las seis de la mañana, hora en la que inicia la rutina diaria de una familia. El despertador suena y las persianas lentamente se van subiendo para que el sol entre poco a poco en la habitación. El calentador, por su parte, regula la temperatura ideal del agua. Mientras tanto, la cafetera se enciende y prepara un café sin azúcar con un poco de canela, al mismo tiempo que la nevera regula y estabiliza el enfriamiento de las frutas para que al momento del desayuno no estén congeladas.
El dispositivo de enfriamiento y conservación de alimentos detecta que la leche y los huevos están a punto de consumirse y para garantizar un surtido permanente se conecta con el e-commerce del supermercado para realizar una orden. Durante todo este proceso, el automóvil del hogar, impulsado por energía eléctrica, ha estado preparándose para el momento de salir de casa. Desde temprano, ha iniciado el proceso de carga automático y adecuación de la calefacción ideal para los pasajeros.
Luego, aprovechando la soledad de la casa, la aspiradora se enciende y comienza a realizar su ciclo de limpieza. Más tarde, sobre las siete de la noche y dadas las condiciones de un clima bastante frío, la calefacción inicia su trabajo para contrarrestar las bajas temperaturas. El hogar ya está preparado para recibir a sus habitantes, la puerta se abre, gracias a sensores que identifican la retina del ojo e inmediatamente, las luces se prenden automáticamente con la luminosidad adecuada. Las persianas, desde hace algunas horas ya se encuentran abajo.
¿Un poco de relajación?
Por comando de voz se enciende la playlist favorita en la barra de sonido en el cuarto de entretenimiento. Paralelo a esto, el dueño del hogar consulta su reloj inteligente, donde ha llegado una notificación y puede ver el resumen de sus signos vitales durante el día, con sugerencias para resolver aquellas molestias de salud que pueda tener.
Quizás, el anterior relato muchos lo vean utópico y sacado de una película de ficción, pero ya se están dando grandes saltos para que todo ese escenario se convierta en una realidad. Según Statista, se estima que para 2025 el número de dispositivos IoT en América Latina superará las 1.200 millones conexiones; de las cuales el 64% serán con dispositivos para hogares inteligentes, wearables y vehículos inteligentes.
Para el hogar inteligente del futuro, no solo existirán dispositivos conectados, se tratará de un hub o plataformas con inteligencia artificial que podrán servir como el cerebro de hogares enteros. Aprendiendo sobre los residentes y coordinando y automatizando todos sus dispositivos inteligentes.
Las innovaciones en inteligencia artificial (IA) podrán cambiar casi todo en nuestras vidas. Incluso, el día de hoy es posible que ya estemos utilizando algún tipo de dispositivo de asistente de voz con tecnología de inteligencia artificial o lo más cercano que siempre tenemos a la mano, como es el teléfono inteligente.
“Lo grandioso de la tecnología es que cada vez nos va a sorprender más y a impactar positivamente nuestro día, nuestras labores en el hogar y en el trabajo. Incluso nos beneficiará para nuestra salud”, comenta Amikam Yalovetzky, gerente de ventas para MediaTek Latinoamérica.
“Los consumidores están transformando su vida con nuevos y mejorados dispositivos con inteligencia artificial, IoT y las crecientes innovaciones en domótica para el hogar. Hablamos de cerraduras inteligentes hasta hornos y neveras inteligentes. Todos conectados a una misma red, a un mismo dispositivo que lo puede controlar todo”, agrega Yalovetzky.
Dentro de poco, transformaremos la forma como las personas interactúan con sus hogares y le sacan mayor provecho a sus dispositivos que cada vez los llenan de nuevas experiencias. Ya sea de entretenimiento como las tecnologías multimedia hasta la conexión y control de los diferentes dispositivos y domótica que cuenta en el hogar.
