La Muestra Internacional Documental de Bogotá (MIDBO), que se realiza del 29 de octubre al 4 de noviembre, se consolida como un espacio clave para reflexionar sobre el cine de no ficción, con proyecciones, instalaciones audiovisuales y encuentros académicos.
En esta versión presenta sus secciones tradicionales: Muestra Documental, Documental Expandido y Encuentro Pensar lo Real. Además, fortalece su compromiso con la accesibilidad e inclusión mediante proyecciones al aire libre y espacios alternativos.
La MIDBO trae una selección de documentales, nacionales e internacionales imperdible, que invitan a cuestionar, reflexionar y dialogar sobre lo real.
Ambientada en los años 70’s y 80’s Pepos, del director Jorge Aldana, utiliza la música como uno de los elementos principales que da vida a la historia y permite, junto con el consumo de drogas psiquiátricas y sustancias alucinógenas; entrelazar pequeñas historias contadas a través de una coral de personajes. Dando un vistazo a la marginalidad bogotana que sirve como antesala para el posterior cine de Víctor Gaviria.
Con la migración como tema central, Bajo una lluvia ajena de Marta Hincapié presenta una mirada disímil de lo que es la migración. A través de la única tecnología accesible de la época, esta propuesta cinematográfica busca destacar cualidades como la empatía, la proximidad y la unión.
Una de las propuestas más desoladoras y brillantes nos presenta Tatiana Mazú en Todo documento de civilización. Una construcción desde los sentidos que es matizada con imágenes de la ciudad de Buenos Aires. La voz de una madre afligida por la desaparición de su hijo, un crimen de Estado contado a partir de ilustraciones de novelas de Julio Verne alternadas con recorridos de Google maps que sirven para mostrar los lugares que atestiguaron el vergonzoso suceso.
Con la imponente imagen de un desierto a blanco y negro, Demon Mineral (Mineral Demonio) de Hadley Austin, narra la historia de la lucha de la comunidad nativo-americana Navajo que durante más de medio siglo ha vivido cerca de un desierto radioactivo. Un escenario que sigue siendo objeto de explotación por parte de entes gubernamentales que solo buscan mantener la producción de energía nuclear a costa de la contaminación y la enfermedad de esta comunidad.
Architecton (Arquitecturas) es el cierre de una trilogía que ofrece una lúcida mirada de Viktor Kossakovsky sobre el planeta. Tuvo inicio en 2011 con Vivan las antípodas y Aquarela en 2018. Una discusión más que necesaria en relación a ese mundo que estará disponible para ser habitado en el futuro. Contada a través de una visual poética donde los materiales como la piedra y la tierra muestran su preocupación por un mundo que agota sus recursos.
Eryk Rocha y Gabriela Carneiro da Cunha hacen una invitación para liberarse de las ataduras del mundo de la racionalidad y apostar por una cosmología como la de la comunidad Yanomami, The falling sky (La caída del cielo), apela a la resistencia y a los espíritus Xapiri. Una historia no lineal que apuesta por la ceremonia de los muertos y el Reahu, con el fin de celebrar el fin del mundo del capital.
A manera de un diario documental irreverente, Play Dead (¡Hazte el muerto!) de Matthew Lancit, aborda la muerte y la manera como es asimilada por un hombre con una enfermedad degenerativa. Percibir la vida, disfrutar más de cada momento, interiorizar sus temores y hasta cuestionarse por temas como la paternidad son algunos de los aspectos que traspasan ese miedo a la muerte y convierten a esta película en una fuerza lúdica.
Una de las funciones especiales a destacar es Häxan (La brujería a través de los tiempos) de Benjamín Christensen el 31 de octubre a las 6:00 p.m. Un documental que ilustra la puesta en escena de aventuras eróticas y desquiciadas por la presencia del Diablo. La brujería según Christensen describe a los inquisidores y su larga historia de crímenes en nombre de Dios, cometidos desde el siglo XII hasta el siglo XVI.
Para la clausura de la XXVI Muestra Internacional Documental de Bogotá, Juan Pablo Polanco presentará Carro pasajero, ambientada en la alta Guajira colombiana. El sentir del duelo y la ausencia, narrado a través de las historias de pasajeros que viajan en una camioneta errante, donde recuerdan los hechos violentos ocurridos en el 2004 en la región y que dieron como resultado el desplazamiento de 600 miembros de la comunidad Wayuu.