El poliestireno espumado, conocido en Colombia como Icopor, tiene múltiples usos en distintos renglones de la economía y se caracteriza por su practicidad. Sin embargo, existen a su alrededor conceptos equivocados a propósito de su disposición y aprovechamiento, que han limitado su consolidación dentro de la economía circular.
A continuación, algunos de esos mitos, así como las realidades que hay detrás de cada uno de ellos:
1. Mito: En Colombia no existe la tecnología para reciclar este material
Realidad: En Colombia sí existen compañías especializadas en el aprovechamiento del material que poseen la tecnología para reintroducirlo en los procesos productivos de manera efectiva. De acuerdo con un estudio elaborado por Acoplásticos, se identificaron 21 empresas ubicadas en el área metropolitana de Medellín y Bogotá que están aprovechando cerca de 200 toneladas anuales de icopor posconsumo, a lo cual habría que sumarle otras empresas de esas ciudades y del país. En todo caso, esta cifra es considerable al ser un material de muy bajo peso.
2. Mito: Cuando es usado para el empaque de alimentos no debe ser reciclado
Realidad: Como muchos otros materiales, disponer del Icopor limpio y seco facilita el proceso de reciclaje, pero el que haya tenido contacto con alimentos no impide su recuperación y reintroducción. El Icopor es un material imputrescible, por lo que en caso de estar expuesto a suciedad no se ve afectado por bacterias o microorganismos.
3. Mito: Recoger el material no es rentable para los recicladores
Realidad: Aunque el mercado para el icopor reciclado aun es incipiente, este tiene un enorme potencial para la generación de empleo, riqueza y bienestar para quienes se dedican al reciclaje. Es necesario promover el reciclaje del material, no solamente desde un punto de vista de mercado, sino también a través de políticas públicas que lo incentiven y lo viabilicen para todos los actores de la cadena, lo que permitirá aprovechar su potencial.
4. Mito: El proceso de reciclaje del icopor no es beneficioso para el medio ambiente, pues el material solo puede ser reciclado un número limitado de veces e inevitablemente será desechado.
Realidad: Esta idea errónea es el resultado del desconocimiento del proceso de reintroducción del material en la cadena productiva.
Si bien es cierto que una sola pieza de plástico tiene un número limitado de ciclos de reciclaje, para la producción de productos de material reciclado se utiliza la técnica de Upcycling, un proceso en donde se busca mejorar las propiedades del producto realizando una mezcla de varios tipos de calidades de plástico buscando que el producto final tenga las propiedades necesarias para seguir garantizando su calidad.
En la actualidad, con los avances de la economía circular, se ha comprobado que se puede tener un proceso de fabricación constante con plástico reciclado, y garantizar las propiedades del material.
5. Mito: Promover el reciclaje de icopor es una forma de justificar el consumo de este.
Realidad: No necesariamente. Uno de los principios de la economía circular es la reducción del consumo y el uso responsable de los recursos. Promover el reciclaje del Icopor permite hacer un cierre adecuado de ciclo para las cerca de 15.000 toneladas del material que ya se encuentra en circulación en el mercado a la vez que reduce la cantidad de materia virgen necesaria para muchos procesos productivos que involucran al poliestireno, como la producción de útiles escolares, ganchos de ropa, elementos para construcción, combustible, pinturas, impermeabilizantes y otros insumos químicos.
El reciclaje es un proceso que no solamente permite reducir la cantidad de basura, sino que además genera empleo, bienestar y riqueza para muchas familias en Colombia y el mundo.
“Aunque es cierto que por sí solo no resuelve todos los problemas medio ambientales, es una herramienta muy poderosa para involucrar activamente a toda la sociedad y todas las cadenas de valor en la lucha contra el cambio climático y la contaminación de los ecosistemas” explica Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos.
Conocer estos mitos y sus realidades les permitirá a los colombianos tomar mejores decisiones a la hora de gestionar sus residuos de icopor, así como sumarse a los esfuerzos para reducir el impacto que su mala disposición puede tener sobre el medio ambiente y viabilizar su consolidación en el mercado de materias primas aprovechables.