En Colombia son cada vez más las mujeres que dinamizan el sector empresarial y la economía nacional por medio de proyectos de emprendimiento y creación de empresas que propenden por el desarrollo del país con un enfoque sostenible en el largo plazo.
Según cifras del Registro Único Empresarial y Social (RUES), que recoge información de las 57 Cámaras de Comercio del país, durante el 2021 se crearon 307.679 nuevas empresas, de las cuales el 61,3% fueron fundadas por mujeres.
“En Melonn 57% de nuestros sellers son mujeres y sus empresas representan aproximadamente el 36,8% de las entregas que realizamos y nos sentimos orgullosos de ser el aliado logístico estratégico que permite el crecimiento sostenido de los proyectos de mujeres líderes en el país; proyectos que a su vez se traducen en generación de empleo y desarrollo económico y social del país. En el caso de Melonn, las mujeres son 45% de nuestro equipo de trabajo y la visión análítica que ellas aportan a nuestra operación es uno de nuestros intangibles más importantes” aseguró Andrés Gómez, CEO de Melonn.
Como parte de los clientes de Melonn, se listan empresas de gran importancia a nivel nacional que han sido creadas y lideradas por mujeres. “En el mes de la mujer, como Melonn, queremos resaltar el papel y el trabajo de algunas de nuestras, quienes hoy dirigen y han liderado el proceso de crecimiento de empresas sólidas que se posicionan como referentes nacionales en cada una de sus categorías”, afirmó Gómez.
· Estefanía Arango, la fundadora de Dermanat, una marca colombiana de productos naturales para el cuidado de la piel y el pelo. En 2017 decidió renovar y relanzar la marca creada por su familia en 1989 llamada Laboratorios Dermanat, bajo la cual han creado productos cosméticos y dermocosméticos innovadores y efectivos, hechos con ingredientes naturales, no tóxicos y de alta calidad, con más de 40 referencias.
Demanat se ha convertido en una de las tiendas especializada en productos de belleza y cuidado de la piel que tiene presencia en el país. En la actualidad, más del 95% de su equipo de trabajo en el área administrativa y en la planta son mujeres, asegura Estefanía que, “Nos hemos puesto sobre los hombros la responsabilidad de generar empleo femenino formal, con el objetivo de empoderar a las mujeres para que sean dueñas de sus finanzas y logren la independencia económica”.
· Moonbow, una marca de joyería creativa con producción local, es un emprendimiento creado en pandemia por tres amigas quienes compartieron su experiencia de co-creación con mujeres artesanas del sector joyero en el país, para elaborar accesorios con identidad a partir del oficio hecho a mano. Laura Álvarez es una de las creadoras y aseguró que abrirle la puerta a madres cabeza de familia en el mercado laboral ha sido el éxito de su emprendimiento, pues son personas que quieren trabajar y salir adelante, pero que tienen pocas opciones.
Laura es mamá empresaria y habla con entusiasmo de los planes que tienen con sus socias para su empresa “nuestra idea es ampliar nuestra red de artesanas y tener nuestro propio taller, manejado por estas mujeres que sostienen a sus familias con este trabajo, con el objetivo de empoderar y ayudarlas a su desarrollo”.
· Elizabeth Loaiza asegura que sus tres empresas son el resultado de años de constancia y dedicación, Crazy Shoes, empresa encargada del diseño, manufactura y comercialización de tenis con luces led y fibra óptica; Percheroni, una empresa dedicada a la venta de lencería y pijamas; y CBD, una comercializadora de productos derivados del cannabis legalmente en el país.
“Siempre me he caracterizado por la constante evolución de mis empresas en el mercado, siempre he recurrido a los más altos estándares de calidad y a un amor inmenso por cada unos de los procesos que lleva cada reto y aprendizaje. Mis tres empresas tienen una responsabilidad social inmensa, buscamos transformar vidas a través de las compañías”. En la actualidad más del 80% de su equipo de trabajo en sus tres empresas son mujeres.
· Daniela Valencia, directora creativa y fundadora de True, recuerda uno de los momentos que la llevó a iniciar con su emprendimiento, “estaba en noveno, en el colegio, sin encontrar mucha oferta de ropa con la que me identificara, empecé a pintar camisetas para mí y luego a venderlas por Facebook. Ahí descubrí que podía convertir mi habilidad para el diseño y las ventas en algo más”.
La emprendedora dejó la universidad y con los ahorros que tenía montó su primera tienda y después de cinco años, por fin encontró el equilibrio que buscaba: una marca de ropa influenciada por ese espíritu urbano y fluido. Así asegura definió el norte de su marca, hacia dónde quería avanzar y nació TRUE, una marca auténtica que no se pega de una tendencia solo por hacer dinero, sino que nació con ella y la vive con toda.
