Con el apoyo y trabajo en equipo con Cargill, pescadores del corregimiento de Gambote, en Bolívar, han hecho de la piscicultura un proyecto de vida sostenible. Una actividad que ha contribuido a contrarrestar la problemática de una ciénaga que poco a poco tiene menos agua, y en la que por los bajos niveles de oxígeno, es cada vez más difícil encontrar los peces que impulsaban la economía del corregimiento.
Por esto, como parte de su estrategia de responsabilidad social empresarial (RSE) y su propósito de nutrir el mundo de manera segura, responsable y sostenible, Cargill ha invertido alrededor de $225.000.000 millones de pesos en capital de trabajo, el fortalecimiento de habilidades socioemocionales y técnicas, y actividades de acompañamiento que crean las condiciones para que los habitantes del corregimiento puedan convertir el reto de los bajos niveles del agua y de peces, en oportunidades. Demostrando así que una de las claves de la prosperidad, es la sinergia entre el sector privado y las comunidades para el desarrollo de proyectos productivos.
La iniciativa, que se ejecuta desde el año 2020 tiene como objetivo impulsar el desarrollo de las comunidades en el área de influencia de la operación de la compañía. Reconociendo y respetando las tradiciones económicas y culturales de sus vecinos, para definir una hoja de ruta de acompañamiento y fortalecimiento que permita mejorar las capacidades locales y convertir a la empresa en un aliado estratégico para los habitantes de la zona.
Gracias a estos recursos, alrededor de 86 pescadores de la comunidad han podido poner a funcionar instalaciones en las que siembran peces, mitigando la dependencia de su actividad económica, de los niveles de agua de la Ciénaga del Tambo en el Canal del Dique, y ofreciendo soluciones a una necesidad que los propios miembros de la comunidad reconocieron como parte del trabajo conjunto con líderes sociales y la alianza entre la empresa y asociaciones locales.
“En Cargill, uno de los pilares principales que nos mueve como compañía es poner a las personas primero y hacer lo correcto. Por eso, a través de la implementación de este tipo de iniciativas, edificamos relaciones constructivas con nuestros vecinos para que todos contribuyamos a mejorar la calidad de vida en la región, fortalezcamos la actividad económica, y promovamos la adaptación a un entorno cambiante desde el trabajo en equipo”, indicó Javier Brenes, director ejecutivo de Cargill Proteína en Colombia.
Cultivo de peces
Nelson Romero es uno de los pescadores que se ha beneficiado de esta iniciativa. Hace algunos años, por problemas de salud, los doctores que lo tratan le prohibieron seguir realizando sus jornadas de pesca. Una realidad que lo dejó sin una fuente de ingresos estable en medio de la ya difícil situación que causan las constantes inundaciones que suelen afectar al corregimiento durante el invierno y los cada vez más escasos peces en el cuerpo de agua.
Él, junto con otros pescadores de la asociación a la que pertenece, recibió capacitaciones en temas de liderazgo y desarrollo comunitario, como fase de fortalecimiento previa a la puesta en marcha del estanque en el que hoy siembran sus propios peces. Una actividad que además de permitirle mantener viva su tradición como pescador y proveer alimento a su familia, también le facilita obtener ingresos producto de la venta del pescado en la región y contribuir a la conservación del ecosistema de la ciénaga.
“Nos dimos cuenta de que, si cultivábamos peces, las ciénagas podían descansar y contribuíamos con el medio ambiente. De ahí nació la idea de crear este proyecto de piscicultura y beneficiar a las familias que dependen de esta actividad. Aquí hay 30 familias que hoy estamos dedicadas al cultivo de peces gracias al valioso apoyo que nos ha dado Cargill”, afirmó Horacio Romero, otro de los pescadores beneficiados con la iniciativa.
Al respecto Saily Ochoa, profesional social de la Fundación Actuar por Bolívar, corporación con aliada de Cargill para la ejecución de este proyecto, expresa: “Lo más significativo de esta iniciativa ha sido ver el cambio de mentalidad en los pescadores de la comunidad. Que pasaron de ver la pesca como una labor con la que conseguían lo del diario, a un proyecto de vida que les permite identificarse a sí mismos como empresarios para contribuir a la sociedad desde una visión de largo plazo y proyecciones mucho más elevadas”.
Impacto positivo que trasciende los intereses económicos
Cargill busca promover un trabajo por y para la comunidad y por esto desarrolla su estrategia de relacionamiento en el área de influencia de sus plantas, tomando en cuenta la caracterización socioeconómica del territorio. Por eso, en el caso del corregimiento de Gambote, el reconocimiento de la pesca como eje de generación de ingresos para las comunidades fue un factor fundamental para definir el alcance del apoyo y acompañamiento que podría brindar la compañía a sus vecinos.
Además del apoyo brindando para el cultivo de peces, Cargill también ha contribuido con iniciativas que brindan un acompañamiento integral a los habitantes de Gambote en todas las dimensiones del desarrollo humano. Promoviendo jornadas de salud, acompañamiento para la prevención y tratamiento del abuso de sustancias, el empoderamiento femenino, entre otras actividades. Esfuerzos que materializan el valor de la empresa privada como aliada del desarrollo de las comunidades para ayudar al mundo a prosperar.
“El trabajo que realizamos con los pescadores responde a las necesidades de las comunidades. Aprovechamos nuestra trayectoria, para poner nuestras capacidades y conocimiento al servicio de crear soluciones y prosperidad para las familias en Gambote. Como parte de nuestro compromiso con Colombia, buscamos empoderar a las diferentes comunidades del país con elementos esenciales, desde alimentos hasta la formación en procesos producticos como es el caso de los pescadores, con quienes nos hemos enfocado en fortalecer sus habilidades empresariales, generando un impacto positivo en sus vidas”, concluyó Brenes.
