ANDI y ANIF realizaron un estudio que proyecta que para 2035 el gasto del aseguramiento en salud sería de 9,9% del PIB en un escenario realista o de 9,5% del PIB con la implementación de una serie de medidas recomendadas.
“Las necesidades de gasto en salud tras la pandemia son y serán cada vez más grandes, por lo que el reto al que se enfrenta el sistema de salud colombiano es el de garantizar estabilidad financiera en el largo plazo, que no sea completamente dependiente del aumento de los recursos que pueda aportar el Gobierno Nacional o de un aumento en la base de cotización de las personas, que termine socavando el empleo formal en el país”, así lo concluye el estudio ‘Propuestas para la Financiación del Sistema de Salud en Colombia en la próxima década’ realizado por las Cámaras de la Salud de la ANDI y ANIF.
En este espacio, Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI, resaltó el papel fundamental del sector de la Salud en el país y anunció que en la última Junta de Dirección Nacional de la Asociación se decidió crear una Vicepresidencia del sector Salud dentro de la organización, “lo cual nos genera una inmensa oportunidad de tener una visión global de cómo podría y debería funcionar el sector de la salud en Colombia, teniendo en cuenta que aquí están representados gran parte de los eslabones en dicha cadena, por lo que hemos podido avanzar en ejercicios sinérgicos y colaborativos como es el caso de la presentación de este estudio, pero queremos ir más allá”.
A su vez, de acuerdo con la investigación publicada este martes, las presiones en materia de gasto en salud tienen origen, principalmente, en el cambio tecnológico, el aumento de la población, el cambio en la estructura demográfica y el aumento en la atención de enfermedades crónicas.
Dada las proyecciones realizadas, el gasto del aseguramiento en salud pasaría del 5,9% del PIB que se registró en 2020 a 9,9% en 2035 en un escenario realista, o a 7,7% del PIB en un escenario base calificado como optimista.
“No obstante, podría haber una disminución en el gasto del aseguramiento en salud de manera tal que el rubro disminuya 0,4 puntos porcentuales con respecto al escenario realista, pasando de 9,9% a 9,5% del PIB en 2035. Para ello, las fuentes de financiación que se deberían administrar de manera más eficiente son las rentas territoriales, las rentas del orden nacional y el gasto privado y gasto de bolsillo”, explicó Mauricio Santamaría, presidente de ANIF.
Recomendaciones
La investigación plantea tres recomendaciones que tendrían impacto presupuestal:
1. Redefinir los mecanismos de contratación para generar eficiencia a nivel intrahospitalario e interhospitalario.
2. Ajustar los esquemas de gestión del riesgo financiero y en salud, incluyendo incentivos para mejorar la calidad, mientras se discute el cálculo de una nueva UPC “basada en condiciones”. Esto permitiría preparar de mejor manera al sector ante el cambio en el modelo de reconocimiento y pago por los servicios de salud.
3. Resaltar la importancia de la prevención y el autocuidado dentro de las estrategias para alcanzar las metas que se propongan de cara al Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031.
En el evento también participaron Jesús Botero, profesor de la Universidad EAFIT; María Andrea Godoy, viceministra de Protección Social del Ministerio de Salud; María Virginia Jordán Quintero, directora general de Regulación Económica de la Seguridad Social del Ministerio de Hacienda; Sylvester Feddes, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Farmacéutica; Manuel Camacho, vicepresidente de la Junta Directiva de la Cámara Dispositivos Médicos; Juan Carlos Guauque, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Gases Industriales y Medicinales; Juan Gabriel Cendales, presidente de la Junta Directiva de la Cámara Sectorial Salud; Juan Pablo Rueda, presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Aseguramiento y Carlos Daguer, director de la Cámara de Aseguramiento de la ANDI.