En días pasado, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá (MAC) inauguró la exposición “Resonancias”.
Los artistas que exponen sus obras son: Dylan Altamiranda Arévalo; Diana Rey Melo; William Villota; Adriana Torres; Luis Fernanda López; Angela María Maya; Beatriz Nuñez; Andrés Layos; Juan Carlos Jiménez; Giovanni Antonio Saresti Ayala; Luisa Fernanda López; José Luis Rodríguez; Fabian Esteban Santos Ospina; Lady Robles Peña; La colectiva; Adriana Patricia Torres; Tahuanty Jacanamijoy; Sonia Rojas; Gabriela Ballesteros y Nicolás Williamson.
Como lo describe Gustavo A. Ortiz, director del MAC, “En física, la resonancia describe el fenómeno de incremento de amplitud que ocurre cuando la frecuencia de una fuerza periódicamente aplicada es igual o cercana a una frecuencia natural del sistema en el cual actúa. Nos alegra ser parte del impulso que ha permitido el crecimiento y difusión de las prácticas artísticas contemporáneas en Colombia a lo largo de estos veinte años; el esfuerzo que hemos hecho se ha visto magnificado por el compromiso de cada uno de los artistas en su trabajo y en su interacción con los más diversos actores sociales”.
El maestro Gustavo Ortiz comenta que: “El aumento progresivo, que tiene una relación intrínseca con la resonancia, ha hecho vibrar en diferentes frecuencias los múltiples significados que genera una creación plástica, como podemos apreciar en esta curaduría donde emanan ondas que se sintonizan con nuestros pensamientos, nuestros sentidos y nuestros actos”.
Con esta exposición, el MAC actúa como instrumento concentrador y difusor del acontecer continuo, permea el sistema, interroga la historia, la sociedad; genera conocimiento crítico, es inclusivo y decisivo pues siempre toma opción por el compromiso, por el cambio como constante dinámica.
“Hemos sido testigos como una pequeña iniciativa que inició con seis universidades: cuatro de Bogotá, una de Antioquia y una de Santander, con cuarenta y dos proyectos de grado en 2004, se ha incrementado hasta desbordar los límites no sólo del museo sino de las fronteras, de las relaciones con otras instituciones académicas, con otras naciones y multitud de personas”, destaca el director.
Son mil doscientos artistas, más de mil ochocientas tesis, veintidós catálogos, reconocimientos nacionales e internacionales, alianzas, intercambios, residencias artísticas, estímulos a la creación, sala de proyectos, crecimiento de la colección permanente, auge de las nuevas generaciones de artistas colombianos, desarrollo de la investigación- creación, profesionalización del arte, circulación de egresados en espacios museísticos y ferias de arte; una intensidad poca veces vista en favor de los creadores que ha impactado favorablemente al campo cultural y académico.
La espiral arquitectónica que da forma al Museo de Arte Contemporáneo se ha convertido en un acelerador de las vibrantes manifestaciones de los artistas jóvenes, una sumatoria de esfuerzos que va en ascenso, una magnífica proliferación de creatividad, una saeta, que como lo expresó magistralmente el fundador de la obra El Minuto de Dios, el P. Rafael García Herreros en su Parábola del museo, “prospera en la justicia, se adelanta con libertad y alegría a la curva inexorable de la historia”.
